viernes, 5 de mayo de 2017

TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA BULIMIA NERVIOSA

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario con adicción a la comida como principal mecanismo para enfrentar problemas. En la bulimia los episodios repetidos de ingestión compulsiva aumentan la capacidad gástrica, lo cual retrasa el vaciado, amortigua la liberación de colecistocinina y  afecta la respuesta de saciedad.

En muchos aspectos, la bulimia nerviosa representa un intento fallido de anorexia nerviosa, con lo que comparte el objetivo de alcanzar una delgadez importante, pero se produce en un individuo con menos capacidad para mantener una semi-inanición prolongada o un hambre intensa con la consecuencia de las personas con anorexia nerviosa de tipo restrictivo. Estos atracones de comida provocan pánico, porque los individuos sienten que han perdido el control de su conducta alimentaria. Los atracones indeseados dan lugar a intentos secundarios de evitar el temido aumento de peso utilizando diversas conductas de compensación.

La mayor parte de las personas con bulimia nerviosa no complicada no necesitan ser ingresados, en general estos individuos no son tan reservados con respecto a sus síntomas como los pacientes con anorexia nerviosa. Por lo tanto el tratamiento ambulatorio no suele ser complicado, aunque frecuentemente la psicoterapia es tormentosa y puede ser prolongada. A continuación se presentaran los objetivos y el tratamiento a seguir para que se logre llevar a cabo todas las recomendaciones con respecto al tratamiento nutricional para individuos con bulimia nerviosa.

OBJETIVO NUTRICIONAL DE LA BULIMIA

-Retener en la cavidad gástrica el alimento durante el tiempo necesario

-Reducir o eliminar las conductas purgativas y los atracones



-Disminuir la tendencia a la restricción de comida e incrementar la variedad de los alimentos cuando pasen las fases más graves

-Intentar la práctica de un ejercicio físico no compulsivo

-Mantener un peso en el rango normal de IMC

-Tratar las comorbilidades y alteraciones clínicas asociadas al trastorno alimentaria.

-Estabilizar el equilibrio de líquidos y electrolitos

-Prevenir los problemas de salud bucal producidos por el vómito y los hábitos alimentarios deficientes.

TRATAMIENTO NUTRICIONAL


-Las primeras tomas suministradas en un cuadro grave, suelen acondicionarse mediante el uso de geles y espesantes (dieta semilíquida), sobre todo cuando la aparición de náuseas y vómito ya no pueda ser controlada por el paciente.   


-Posteriormente pasar a dieta seca, en la cual los sólidos deben distanciarse  de la ingesta de líquidos, ya sea tomándolos media hora antes o una hora después.

-Proporcionar alimentos de textura adecuada a las condiciones dentales, ya que es frecuente la erosión del esmalte y la caída de piezas dentales.

-Si hay boca seca y la molestia es intensa, incorporar alimentos sialogogos en la dieta (manzana, zanahoria, apio…), siempre y cuando no haya molestias en la masticación. 


-El valor calórico se calcula conforme el peso ajustado o al ideal, según corresponda.

-Distribuir las calorías diarias en cinco tomas (desayuno, comida, cena y dos colaciones)

-Cubrir las necesidades energéticas basales más 300 a 400 calorías como etapa inicial.


-Disminuir el consumo de azúcar y alcohol, al  tiempo que se enfatiza la importancia de otros nutrimentos clave. 

BIBLIOGRAFIA 

Nutrición, diagnóstico y tratamiento, Sylvia Escott -Stump, 7.  edición, editorial  Lippincott, 2012.


Sinopsis de psiquiatría, Kaplan - Sadock,, 10  a  edición, editorial Lippincott ,2008. 

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