viernes, 31 de marzo de 2017

TRATAMIENTO NUTRICIO DE ANOREXIA NERVIOSA



En la anorexia nerviosa existe un afán obsesivo por bajar de peso, y en la medida en que esta conducta sea exitosa, no es vista como problemática. La gente con anorexia nerviosa tienden a observar su pérdida de peso como un logro, más que como una aflicción, por lo que tienen una motivación limitada al cambio. Al inicio de la enfermedad, las personas con anorexia tienen muy poca conciencia de esta, y en muchos casos la familia tampoco reconoce los síntomas.
La anorexia nerviosa se presenta por lo general acompañada de síntomas psiquiátricos y de conducta, como son aislamiento, depresión, ansiedad, conducta obsesiva, irritabilidad, labilidad afectiva, problemas en la concentración, tendencia al perfeccionismo, estilos rígidos de pensamiento y desinterés sexual.

Una vez que se tiene el diagnóstico de este trastorno de la conducta alimentaria, el tipo de tratamiento  que se escoge es de acuerdo a las características de cada caso. Se recomienda un plan de tratamiento global, que incluya el ingreso hospitalario siempre que haga falta, psicoterapia tanto individual y familiar y siendo como primer objetivo la rehabilitación nutricional por medio de un tratamiento nutricio.   

ATENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA                                         

El equipo de salud que atiende los trastornos de la conducta alimentaria debe estar conformado por un médico psiquiatra, un psicólogo, una enfermera, un nutriólogo y, cuando así se requiera, un médico gastroenterólogo.



APOYO FAMILIAR

La integración de toda la familia, así como la capacitación de sus integrantes es básico para obtener el éxito. Si los demás miembros de la familia no reciben orientación conductual  y de patrones nutricios, el familiar afectado puede intensificar su cuadro o recaer en el mismo.

OBJETIVO NUTRICIONAL DE LA ANOREXIA NERVIOSA
-Recuperar de manera lenta y constante la masa corporal y la funcionalidad biológica a través de un régimen sano y consensuado por el individuo con anorexia nerviosa.

-Conseguir un peso mínimo saludable: IMC de 18 o bien 85 al 90% del peso ideal.

- Reiniciar el crecimiento y desarrollo físico en los adolescentes.

-Prevenir la hipokalemia, anemia e hipoalbuminemia, así como déficit de calcio y aparición de osteopenia.


-Ayudar a reorganizar la conducta alimentaria.

-Iniciar una labor educativa nutricional.

-Disipar la preocupación por el peso  y la comida.

-No forzar la alimentación. En lugar de ello, promover un comportamiento de alimentación normal.

-Obtener los antecedentes dietéticos para valorar la presencia de vómito, y uso de diuréticos o laxantes.

-Promover la psicoterapia adecuada.

TRATAMIENTO NUTRICIO
-Si la dieta se suministra por vía oral o enteral, debe usarse como punto de partida las kcal del consumo actual y un incremento modesto de la misma. Se considera razonable una cifra inicial de 30 kcal/kg de peso al día para el inicio, y de 40 kcal/kg  de peso al día para el mantenimiento, dando de 1 a 1.5 gramos de proteína por kilogramo de peso.

-Servir comidas atractivas y apetitosas en pequeñas cantidades, con observación de las preferencias. Son útiles las comidas pequeñas y frecuentes. Favorecer la variedad.

-Limitar los alimentos voluminosos durante las etapas iniciales del tratamiento; es probable que la intolerancia gastrointestinal persista mucho tiempo.

-Algunas veces es conveniente evitar la cafeína por su efecto estimulante y diurético.

-Ayudar al sujeto a reanudar los hábitos de alimentación normales.

-Tal vez se necesite un complemento de vitaminas y minerales para reponer zinc y otros nutrimentos.


BIBLIOGRAFIA

Guía clínica para los trastornos de la conducta alimentaria, Claudia Unikel Santoncini y A Alejandro caballero Romo, Instituto Nacional de Psiquiatría Román de la Fuente Muñiz, 2010,

Tratado de Nutrición, Tomo IV Nutrición Clínica, Ángel Gil, 2da Edición.

Nutrición, diagnóstico y tratamiento, Sylvia Escott – Stump, 7.a edición, editorial Lippincott, 2012


viernes, 3 de marzo de 2017

BULIMIA

Los trastornos de la conducta alimentaria y las conductas alimentarias de riesgo, tales como restringir la alimentación, comer grandes cantidades de alimento con la sensación de no tener control sobre ello, usar productos para el control del peso corporal cuya supervisión de calidad es dudosa, los ayunos, la practica excesiva de ejercicio, el uso de laxantes, diuréticos y medicamentos para adelgazar, así como el vómito autoprovocado, representa un gran problema de salud para las mujeres jóvenes. Típicamente, los trastornos de la conducta alimentaria comienzan durante la adolescencia, con una media en la edad de inicio entre los 14 y 20 años.

Los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en las mujeres que en los hombres en una relación 1:10, y en la actualidad son comunes en todos los niveles socioeconómicos y en todas las etnias.

Entre las alteraciones de la alimentación destacan los trastornos de la conducta alimentaria como son la anorexia nerviosa, la bulimia y los trastornos de la conducta alimentaria no específicos. Pero en este artículo se hablara a profundidad acerca de la bulimia nerviosa.

En la bulimia el consumo de alimento se hace en forma de atracón, durante el cual se ingiere una gran cantidad de alimento con la sensación de pérdida de control. Son episodios de voracidad que van seguidos de un fuerte sentimiento de culpa, por lo que se recurre a medidas compensatorias inadecuadas.

La prevalencia para la bulimia nerviosa en población general de países occidentales alcanza el 1% en mujeres y el 0.1% en varones y a nivel mundial se calcula entre 1 y 1.5%. Se estima que la incidencia de bulimia nerviosa a nivel mundial es de 13 por cada 100 000 habitantes y la bulimia ocurre más frecuentemente entre los 12 y 40 años.

Existen criterios diagnóstico para la bulimia nerviosa en este caso hablaremos de los que aparecen en el Manual Diagnostico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-IV-TR (APA, 2002) para la bulimia nerviosa y Criterios Diagnostico de Enfermedad-10 (CIE-10) para bulimia nerviosa.

Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-IV-TR (APA, 2002).

1.- Periodos recurrentes de ingestión voraz. Un episodio de ingestión voraz se caracteriza por dos de las siguientes características: 1) comer en un periodo discreto de tiempo una cantidad de comida definitivamente mayor a la que comería la mayoría de las personas en un periodo de tiempo similar, bajo las mismas circunstancias, 2) sensación de falta de control sobre el comer.










2.- Conductas compensatorias inapropiadas para prevenir el aumento de peso.


3.- Los episodios de ingestión voraz y las conductas compensatorias ocurren por lo menos dos veces a la semana durante tres meses.

4.- La autoevaluación se encuentra indebidamente influenciada por la forma y el peso de cuerpo.








5.- El disturbio no ocurre exclusivamente durante episodios de anorexia nerviosa



Clasificación Internacional de Enfermedades- 10 (CIE-10) (WHO, 1992)

1.- Existe preocupación persistente por la alimentación y un deseo irresistible por comer.


2.-  El paciente intenta contrarrestar los efectos engordadores de la comida con uno o más de los siguientes: vómito autoinducido, abuso de purgantes, periodos alternantes de ayuno, uso de drogas como supresores del apetito, preparaciones tiroideas de diuréticos.

De acuerdo con el DSM-IV, la bulimia se clasifica en dos subtipos: purgativa y no purgativa.

- Purgativa: durante el episodio de bulimia nerviosa, la persona utiliza laxantes, diuréticos o enemas y se provoca el vómito.














-No purgativa: la persona utiliza conductas compensatorias inapropiadas por ejemplo realización de ejercicio excesivo, peso no se provoca el vómito, no utiliza laxantes, diuréticos o enemas.

Las personas con bulimia nerviosa de tipo purgativo tienen más probabilidades de presentar desequilibrios electrolíticos, mayor comorbilidad psiquiátrica y menor peso corporal. La mayoría de las personas con este trastorno de la conducta alimentaria sufren malestar debido a su pérdida de control en la manera en la que comen y se avergüenzan de hacerlo así, lo que les facilita la búsqueda de tratamiento, aunque suelen pasar años para que decidan atenderse por profesionales de la salud y la mejor forma de que se logre el tratamiento es que la persona con bulimia decida llevar acabo su tratamiento sin ser obligado por alguno de sus familiares.
El curso de la bulimia nerviosa es muy variable, puede ser que se presente en algún momento de la vida y se logre la recuperación total, que aparezca de forma intermitente, sobre todo en situaciones de estrés, o que esté presente por largos períodos de manera constante.


BIBLIOGRÁFIA 

Guía Clínica para los Trastornos de la conducta alimentaria, Claudia Unikel Santocini y Alejandro Caballero Romo, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, 2010.


Nutriología Médica, Kaufer-Horwitz, Pérez-Lizaur, Arroyo, Cuarta edición, México, Editorial Medica Panamericana, 2015.

miércoles, 1 de marzo de 2017




LA ELABORACIÓN DEL PROGRAMA DE PREPARACIÓN PSICOLÓGICA CON EL DEPORTISTA

Mtro. J. Tomás Trujillo Santana

"Los alcances actuales de la psicología del deporte la han convertido en la ciencia aplicada al deporte que en la actualidad más liderazgo y utilidad presenta en los contextos del deporte y del ejercicio. Sin embargo esos alcances y bondades científicas sólo serán de utilidad en la medida en que sus usuarios sean capaces de ejercer una correcta aplicación. Es por eso que desde hace mucho tiempo se estudia la forma en la cual un deportista puede aprender las destrezas psicológicas que pronostiquen un aumento en el rendimiento. Los tiempos, los contenidos, la estrategia y el amplio conocimiento sobre el deportista son fundamentales al momento de diseñar un programa de entrenamiento psicológico exitoso."





Los últimos avances en las ciencias del deporte incluyen la preparación mental como área fundamental que debe tener en cuenta el deportista, sin la cual, sus posibilidades de éxito son limitadas (Dosil, 2002).

Lorenzo (1996) refuerza esta idea al comentar que en ninguna actividad el hombre obtendrá todo el potencial que lleva dentro si no utiliza adecuadamente las capacidades de su cerebro.

Por su parte Weinberg y Gould ( 1996 ) destacan que muchos entrenadores intentan corregir las deficiencias de ejecución haciendo simplemente que el deportista dedique más horas al entrenamiento, si bien, con frecuencia, el auténtico problema no es la falta de destrezas físicas sino psicológicas.

Lo cierto es que el psicólogo que trabaja con deportistas que pretenden alcanzar el máximo rendimiento debe asesorarlos para que aprendan una seria de estrategias que le permitan afrontar los diferentes momentos que rodean a una competición con las máximas garantías de éxito (Dosil, 2001).

Estas estrategias y habilidades requieren de un programa de preparación psicológica misma que deben construirse según las necesidades de década deportista y las demandas de la competencia deportiva.


Programas de entrenamiento y estimulación al estado psicológico


Muchas personas creen erróneamente que la psicología del deporte ofrece una solución rápida a los problemas psicológicos. En realidad el desarrollo de las destrezas psicológicas requiere de tiempo y entrenamiento Weinberg y Gould (1996).
Es fundamental que el programa sea realizado por una persona que cuente con los conocimientos necesarios para saber llevar al deportista por un camino de preparación adecuado capaz de producir los resultados que del esfuerzo se esperan.

Palmi en (Riera y Cruz 1991) señala que al momento de diseñar un programa de entrenamiento mental es importante realizarse estas preguntas:
1.- ¿Qué habilidades entrenaremos?
2.- ¿Qué programas utilizaremos?
3.- ¿Qué técnicas trabajaremos primero?
4.- ¿Cuánto tiempo deberá durar cada técnica de entrenamiento?
5.- ¿Cuándo y cómo desarrollaremos las habilidades psicológicas dentro del programa general de entrenamientos?

Por su parte Lorenzo (1996) señala los contenidos básicos que debe poseer un programa de entrenamiento mental:
1.- Poseer un programa de objetivos.
2.- Aprender a controlar la presión psicológica previa a la competición.
3.- Conseguir mantener el propio control durante la actuación.
4.- Tener preparado un plan de refocalización.
5.- Evaluar los progresos


Estos contenidos según Dosil (2002) se deben distribuir en 3 etapas: la precompetición, la competición propiamente dicha y la postcompetición.
Es importante recordar que el entrenamiento psicológico: tiene como objetivo mejorar aquellas habilidades psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, así como el bienestar integral de las personas implicadas en el fenómeno deportivo.
Pérez, Cruz y Roca (1995) describen también las principales habilidades y técnicas que se utilizan generalmente en estos programas:

Ø Habilidades
Ø Técnicas
Ø Motivación
Ø Establecimiento de objetivo
Ø Principios de reforzamiento.
Ø Control de tensión
Ø Relajación breve
Ø Relajación muscular progresiva
Ø Concentración
Ø Visualización
Ø Afrontamiento del estrés competitivo
Ø Estrategia de entrada
Ø Plan de competición
Ø Competencia simulada
Ø Afrontamiento de las lesiones
Ø Modificación de pensamientos


La psicología del deporte hoy en día presenta numerosas técnicas de aprendizaje, entrenamiento e incluso de incremento de variables relacionadas con el estado psicológico. La combinación de las mismas de manera armónica y congruente con las etapas del programa de preparación integral del deportista representa el principal punto clave para que un programa de entrenamiento mental resulte de utilidad para el deportista que lo lleva a cabo.




BIBLIOGRAFIA
Dosil, J. (2002). Psicología y rendimiento deportivo. Buenos aires: Gersam.
Lorenzo, J. (1996).El entrenamiento psicológico. Madrid: Ed. Biblioteca Nueva
Pérez, G.,Cruz J.,Roca, J. (1995). Psicología y deporte. Madrid. Alizanza Editorial
Riera, J, Cruz, J. (1991).Psicología del deporte. Aplicaciones y perspectivas. Barcelona: Martínez Roca.
Weinberg, R.,Gould,D. ( 1996 ). Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico. Barcelona: Ed. Ariel.